TRENES QUE NO VUELVEN
Me duele el silencio de los trenes que pasan
sin dejar más huella que su estela
colgada de los puentes y de los árboles que pernoctan
en ese parque que visito cerca de casa.
Los veo irse sin decir palabra,
sin despedirse siquiera,
con prisas,
como si estuvieran a punto y fuesen
la muerte misma
que nos ronda pero calla mientras sabe
que esperar es guardar en la memoria todos los secretos,
los primeros,
aquellos que se diluyeron entre las nubes claras de la mañana,
o los últimos,
que corrieron de boca en boca sin siquiera pronunciarse
pero temblando y con el miedo
de los trenes que nunca vuelven.
Me duele este silencio de trenes que me olvidan
y el desdén o la rabia de la mujer que quise.
[M. Bernal Romero, abril de 2011].
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Manuel Bernal Romero (Sevilla, 1962) es natural del pueblo sevillano de Los Palacios y Villafranca. Actualmente es Asesor del Centro del Profesorado de Jerez de la Frontera. Licenciado en Ciencias de la Información, Periodismo y Graduado Social, ha escrito poesía, ensayo y narración. Ha publicado libros de relatos como Mártires de la tiza o Felicidad, nombre de mujer, artículos sobre crítica e historia literaria, trabajos de investigación sobre las generaciones del 98 y del 27 y la exposición iberoamericana de 1929, sobre el lenguaje televisivo y su impacto social. Ha colaborado en la prensa andaluza y en revistas como Cambio 16 o Campo de Agramante. Su inquietud permanente le ha llevado a impulsar la revista digital Depalique intercentros, un proyecto de periodismo ciudadano desde centros educativos andaluces. Su poemario El exilio de las alas (La Compañía de Versos Anónimos, 2010) es un hermoso homenaje a la memoria. Inspirado por los abuelos de Manuel Bernal y por el poeta Antonio Machado, es un tributo a quienes murieron lejos de nuestra patria con el dolor de no ver cumplido el sueño de la República.