José Luis Gómez Toré

La poesía es, para mí, antes que nada, experiencia del lenguaje. Sé que esto puede resultar confuso y que me arriesgo a que se identifique mi escritura con un ejercicio solipsista en el que la palabra se mira a sí misma en un espejo, incapaz de ver nada más allá. Sin embargo, en mi opinión, la experiencia del lenguaje es a la vez experiencia del mundo. Vivimos sumergidos, desde que nace en nosotros la conciencia, en una realidad lingüística: nuestra relación con los otros, con nosotros mismos, con la realidad en su conjunto está siempre mediada por el lenguaje: ella misma es lenguaje. El poema nos hace conscientes de ese tejido lingüístico que nos rodea y a la vez nos conforma. Por ello, la poesía puede ser crítica del lenguaje (en especial, de los lenguajes deformadores del poder) y celebración del lenguaje (del mundo).

José Luis Gómez Toré

POEMAS DEL LIBRO FRAGMENTOS DE UN CANTAR DE GESTA

intemperie

Qué haremos con la luz,
con el olor que vierte
como un perdón la lluvia, con el grito
bárbaro del vencejo,
dónde albergar el náufrago estupor
que nos borra y nos nombra.

Soportan las ventanas
tanto azul sin romperse
pero nosotros
qué haremos
cuando amanezca el mundo
y el cuerpo otra vez sólo sea
un doloroso enjambre de palabras,
el otro lado de la claridad.

jardín sin nadie

Jardín sin nadie
duerme bajo la lluvia.

No abras la verja.

la mujer en la luz

Vermeer

Esta mujer debe verter el agua. No lo hace todavía. Habita espera. El agua espera. La mujer espera. Sólo la luz no espera. La mujer la ha invitado y no lo sabe. Ha abierto la ventana porque tenía sed. Su sed de espacio lava los ojos de quien no beberá la transparencia.

La luz debe verterse sobre el agua.

ala

Durero

Hemos olvidado por demasiado tiempo la magia del copista. No sabemos si la mano que minuciosamente se demora en el quieto temblor de un ala muerta dice una ausencia o una resurrección. Con qué melancolía su amor repite una pequeña forma irrepetible. También la herida última.

Tan parecida al júbilo esta conversación serena con la muerte.

flores amarillas

La vejez
es escarcha amarilla
y flores amarillas
y este quedarte aquí
porque te marchas lejos.

No sé si te sostengo o me sostienes
cuando cojo tus manos
más transparentes cada vez,
cada vez más del color del mundo.

Hasta ahora no supe que eras de agua.

sacrificio

Tarkovsky

En qué lengua,
en qué infancia que no es nuestra niñez
se dice la renuncia.

Nadie sabe qué guerra ha comenzado
y está vacía la casa de la infancia.
Queda el don.
Permanece la ofrenda
de unas manos vacías,
el rito que se ignora
en el dolor del hueco.

En tus manos
está abierta la casa
vacía de la infancia.
Deja que nos cobije su intemperie.

vertedero

los dioses se apiñaron como moscas en torno del sacrificador
POEMA DE GILGAMESH

El plástico, que parodia la eternidad.

Una naranja abierta. Es un sol rodeado de moscas, que beben su llamarada líquida.

Entre los hierros retorcidos, un televisor se calla. Sin secreto.

Nadie nos prohíbe la entrada a este desván del paraíso.


POEMAS INÉDITOS EN LIBRO

ABRIL

De pronto, en el camino,
el romero está en flor.

Encinas y retama.
Una pequeña cima.
Mediodía,
transparencia del tiempo.

La hora desnuda huele
a cantueso y a jara

y lo que no es la luz
está en la luz.

DIES IRAE

Es el día de la demolición.
No el día de las demoliciones controladas.
No la piel de la guerra cosida a tu epidermis.
No la alarma en la noche.
No la noche.
No el hambre del bulldozer que levanta
una nube de polvo y de cansancio.

Quienes sin saberlo cuidan
del espacio intermedio
miran cómo se agrietan las palabras,
cómo se tambalean las columnas del aire,
guardan en los bolsillos ese poco de polvo,
echan a andar con prisa entre acechantes,
intactos edificios.

José Luis Gómez ToréJosé Luis Gómez Toré (Madrid, 1973) ha ido poco a poco construyendo una de las más elogiadas obras poéticas de su generación.

Como ensayista, la brillantez de su estudio sobre Francisco Brines, La mirada elegíaca. El espacio y la memoria en la poesía de Francisco Brines (Pre-Textos, 2002), fue reconocida con el Premio Internacional Gerardo Diego de Investigación Literaria. La editorial Eneida, en su colección «Semblanzas», ha publicado su Pedro Salinas (2009), que incluye una antología y un estudio sobre vida y obra del autor de La voz a ti debida.

Como poeta, su primera obra publicada fue Contra los espejos (1999, Premio Blas de Otero), a la que han seguido Se oyen pájaros (2003), He heredado la noche (2003, accésit del premio Adonáis) y Fragmentos de un cantar de gesta (2007).

Entre sus inquietudes creativas se encuentra también el teatro. Colaboró como dramaturgo en la obra colectiva Guardo la llave, estrenada en 1999 en el Festival Internacional de Madrid Sur. La compañía El Tinglao ha llevado a escena su obra infantil Lluvia pregunta por el Sol. Es miembro desde su fundación de la redacción de Ophelia, revista de teatro y otras artes. Tenemos la suerte de poder saber más de él a través de su blog Poesía, intemperie.

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