PABELLÓN DE INCURABLES
(Seis esperas vanas)
I
Supe de pronto que no eras
lo que creía, claridad matutina;
no eras esa luz, reflejo puro
en el vidrio. Se hizo entonces
incierta la vía entre los árboles,
giró sin sentido la brújula
y lo que fuera traje se volvió,
para siempre, despojo.
Y se hizo tarde. Y no hubo reposo.
Una tormenta impidió todo viaje,
toda fuga. Fue largo
lo que hasta allí era breve
y la espera consumió el fruto
antes de que madurase.
Papel seco, cáscara, la risa.
La voz, certeza rota, sumergida.
¿Qué hago aquí, todavía,
qué espero, la ventana abierta,
los ojos abiertos, los brazos extendidos?
II
Permanece frío ante el cielo
que se curva hacia abajo,
el fatuo embeleso de la bestia
por su propio reflejo en el agua,
el cincel que se oxida, el cerrojo
que traba la única puerta hacia el día,
la soga, que espera, la sombra,
que no espera. Frío
ante lo carbonizado y lo incierto,
lo medido y lo sepultado,
la memoria, el anhelo, la acritud,
el cieno. Languidece,
en silencio, inmóvil,
apoyado contra un muro.
Si un perro viniese
y la lamiera la mano, ¿andaría?
Si un viento soplara
y le trajese, entre pólenes y semillas,
el eco de una voz amada,
¿despertaría?
III
Sumerge la mano en la sombra
y la cree, por un momento, agua.
No sueña.
Sueña con un maniquí bajo la lluvia.
Muere y despierta en la misma cama,
bajo la misma frazada.
Afuera, abejorros entre las flores,
lejanos ladridos de perros,
que no ve ni oye.
Al alba, como siempre,
habrá un llamado que no atenderá
y, del otro lado, de nuevo,
tal vez por última vez,
una boca pura, una música celeste y pura:
por qué no vamos al mar,
por qué en el mar no nos desnudamos.
IV
Dije amor, única instancia
cuyo fermento al aire no horroriza.
Dirán momentáneo reflejo
en el agua quieta,
en la pared que el musgo no protege.
Pero, de todos modos, ¿dónde?
¿Enrollado
bajo la tierra,
caído en el pliegue
de ningún sueño,
apenas baba de las cosas,
escena de arte de belleza
que se representó una vez,
pasó y ahora es sólo pez que desgarra
el frágil mar de la memoria?
V
Garabatea vida
sobre una pared despintada;
abajo, el agua inmóvil
que nunca desgastará la piedra.
Invierno, a cada golpe de viento
se repite la imagen de una casa que se derrumba.
Se arropa y no deja de estar desnudo.
Se desnuda y no deja de estar cubierto.
En la madera, una costra.
En el suelo reseco, restos de fuego, astillas.
Y en cada cosa vista o tocada,
el eterno e invencible misterio
que une la palabra cristal con la palabra hija,
se quiebra, los fragmentos se dispersan.
VI
Oyeron, respiraron,
sintieron, durmieron, despertaron.
Hubo gravidez, frutos,
silencio, bordes, alimento.
Y fluir, corteza, danza.
Estuvo la inocencia y pasó.
Se oyó un gran ruido
de estrella rota en su centro.
Luego sal, ramas afiladas,
charcos, arena, sombras.
¿Qué envejeció sino el mundo?
¿Qué mundo surgió
sino una tenaz sucesión de residuos?
Entonces, ¿volver a escribir el libro
con lo que quedó, éter
o niebla, oquedad,
figuras sin nada que las lubrifique?
***
Carlos Barbarito nació en Pergamino, Argentina, el 6 de febrero de 1955. Poeta y crítico de artes plásticas, su obra ha recibido numerosos reconocimientos como el Premio Fundación Alejandro González Gattone, Premio Fondo Nacional de las Artes, Premio Dodero de la Fundación Argentina para la Poesía, Premio Bienal de Crítica de Arte Jorge Feinsilber, Premio César Tiempo, Premio Raúl Gustavo Aguirre de SADE, Menciones de Honor Leopoldo Marechal y Carlos Alberto Débole, Gran Premio Libertad, Premio Francisco López Merino, Premio Hespérides y Mención Plural de México, Premio Iparragirre Saria 2005, Premio Praxis de Poesía (México D.F.) y el reciente Prix Du Chasseur Abstrait 2010 de Francia.
Su obra abaca libros de poesía y de crítica de artes plásticas. Poemarios como Poesía quebrada, Teatro de lirios, Éxodos y trenes, Páginas del poeta flaco, Caballos y otros poemas, Parte de entrañas, Bestiario de amor, Viga bajo el agua, Meninas/Desnudo y la máscara, El peso de los días, La luz y alguna cosa, Desnuda materia, La orilla desierta, Piedra encerrada en piedra, Un fuego bajo un cielo que huye.
Su labor de crítico de artes plásticas se encuentra en libros como Acerca de las vanguardias, en Arte argentino siglo XX, y Roberto Aizenberg. Diálogos con Carlos Barbarito.
Ha publicado en diarios, revistas y páginas de Internet de Argentina y de Chile, Uruguay, Brasil, Colombia, Venezuela, Costa Rica, Cuba, Puerto Rico, México, Nicaragua, Estados Unidos, España, Portugal, Alemania, Reino Unido, Suecia, Rumania, Alemania e Italia.
Sus textos sobre arte y literatura y su obra poética están traducidos, en parte, al inglés (por Brian Cole, Héctor Ranea, Stefan Beyst, y Ricardo Nirenberg), al francés (por Chantal Enright, Jean Dif, Frie Flammend, Elina Kohen y Patrick Cintas), al portugués (por Andréa Santos , Andréa Ponte Ana María Rodriguez González, Rudolph Link y Alberto Augusto Miranda) y al holandés (por Stefan Beyst).
Es miembro del Consejo Editorial de la revista Matérika de San José de Costa Rica.
Para saber más:
http://vigabajoelagua.blogspot.com
http://es.wikipedia.org/wiki/Carlos_Barbarito
http://carlosbarbarito.lalupe.com/
http://d-sites.net/barbarito
http://www.writers.net/writers/25829
http://www.facebook.com/carlos.barbarito