Jorge Riechmann


JORNADA DE PUERTAS ABIERTAS


No pasa nada
si el poema decisivo se pierde, la rutilante página
del evangelio del mundo, los versos redentores
que iban por fin a poner todo en su sitio,
enemigos amigos cielo infierno. No pasa nada.

No pasa nada porque la verdad esté mezclada
con su poco de error. Ni porque éste tampoco sea puro
total definitivo. Porque tengan los besos más dulces
algo de gusto a sangre.

No pasa nada si te atrapa el atasco,
si el chaparrón te obliga a refugiarte,
si la cola en la tienda nunca mengua,
si el aeropuerto se torna albergue improvisado.
Despliega la escalera mental para salir del pozo imaginario
y asciende por ella sin prisa: ves que no pasa nada.

Nada pasa si pierdes
el tren que te llevaba a la cita decisiva
de la que dependía la beatitud del corazón
e incomparables éxtasis genitales, esa chica tan guapa o el progreso
del que te hablan envarados sacamuelas
con alfiler de corbata y estadísticas. No pasa nada,
de veras, sal a la calle, entra en el bar, pide un café caliente,
límpiate con la mano el interior de los ojos,
disuélvete en el mundo como terrón de azúcar.

Si entre el momento de la sed y el vaso de agua
pasa un rato, no pasa nada. Hay muy pocas cosas
que de verdad pesen tanto. Hasta la muerte
—pero no estoy hablando aquí del asesino—

sólo consigue matar a quienes ya estaban
pasablemente muertos.
Lo que consideras arponazos letales
son imperceptibles rasguños de alfiler
para la vida común, cetáceo gentil.

Mira esa mancha en el muro
donde el idiota sólo ve una mancha:
es una de las puertas del mundo, y está abierta

[Del libro inédito Poesía desabrigada]*.


Jorge Riechmann (Madrid, 1962) es uno de los poetas actuales que más brillantemente levantan la costra de anestesia de nuestra sociedad. Es Licenciado en Ciencias Matemáticas por la Universidad Complutense de Madrid, Doctor en Ciencias Políticas por Universidad Autónoma de Barcelona y profesor titular de Filosofía Moral en la Universidad de Barcelona desde 1995. Su obra poética ha recibido ya numerosos premios: el Premio de Poesía Hiperión en 1987, el Premio «Feria del Libro de Madrid-Parque del Buen Retiro» en 1993, el Premio Nacional de Poesía «Villafranca del Bierzo» en 1996, el Premio Jaén de Poesía en 1997, el Premio Internacional Gabriel Celaya de Poesía en el 2000; también en el año 2000 se le concedió el Premio Stendhal de traducción. Además de sus numerosos ensayos (impregnados de su marxismo ecologista admirador de Manuel Sacristán), ha publicado en poesía: Cántico de la erosión (1987), Cuaderno de Berlín (1989), Veintisiete maneras de responder a un golpe; Material móvil (1993), El corte bajo la piel (1994), Baila con un extranjero (1994), Amarte sin regreso (poesía amorosa 1981-1994) (1995), La lengua de la muerte (1997), El día que dejé de leer El País (1997), Muro con inscripciones (2000), La estación vacía (2000), Desandar lo andado (2001), Poema de uno que pasa (2002), Un zumbido cercano (2003), Ahí (arte breve) (en prensa). Ha abordado la reflexión estética en Poesía practicable (1990), Canciones allende lo humano (1998), Una morada en el aire (2003) y Resistencia de materiales (en prensa). Codirige la colección de poesía Hoja por Ojo en la editorial valenciana Germanía.



Publicado en La sombra del membrillo, número 1, diciembre de 2003.



*En el momento de publicación de este poema en nuestra revista era inédito. Ahora forma parte del libro Poesía desabrigada (Ediciones Idea, 2006).

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